martes, 21 de junio de 2016

una maniobra nocturna



Patrick Van Belleghem





Lo inerte parecía dominar su vida, conducirla lentamente hacia un punto sabiamente inmóvil que contenía sin embargo residuos de gozo que a veces se inflamaban de improviso y que él controlaba muy mal.



una letra desplaza el sueño
lo lacera             h
los otros no vienen a alterar el curso de las cosas

en el origen
del error
un murmullo líquido
el frío le cambia el itinerario

ella se gira contra la pared ella
trata de ignorar el verbo

no la he tocado
acaso la he visto


la que mata
entreabre la escena




Un camino discreto bordeado de árboles apenas visibles. No oír, no comprender. ¿Está armado, incapaz de tomar la luz? ¿Sabe que no avanza? La pierna levantada sólo persigue lo negro. Las letras no se separan. Encierran un sentido que el ojo parece captar en el espanto.



Claude Royet Journod, La Finitude des corps simples, P.O.L, 2016.
(traducción propia, más poemas traducidos en Transtierros)



L’inerte paraissait dominer sa vie, la mener lentement vers un point savamment immobile qui contenait pourtant des résidus de joie qui parfois s’enflammaient à l’improviste et qu’il contrôlait fort mal.


une lettre déplace le sommeil
le lacère                           h
les autres ne viennent pas altérer le cours des choses

à l’origine
de l’erreur
un murmure liquide
le froid en change l’itinéraire

elle se tourne contre le mur elle
tente d’ignorer le verbe

je ne l’ai pas touchée
l’ai-je même vue


celle qui tue
entrouvre la scène



Un chemin discret bordé d’arbres à peine visibles. Ne pas entendre, ne pas comprendre. Est-il armé, incapable de prendre la lumière ? Sait-il qu’il n’avance pas ? La jambe levée ne traque que le noir. Les lettres ne se séparent pas. Elles enserrent un sens que l’œil paraît saisir dans l’effroi.



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