Merih Sozeri |
un momento de euforia y agitación seguido de una somnolencia desencantada
¿se acaba tan
rápido?
sensaciones burbujeantes
recorren la columna vertebral
¿por qué
desperdiciar esto escribiendo?
disponibilidad espiritual, lo llaman
escribe el
mensaje que te dictan
¿de qué hablas?
siempre es así
contigo, parece que vas a escribir algo bueno pero te vienes abajo antes de
llegar a ninguna parte
encontré un
cuaderno casi en blanco nuevo en el que alguien había escrito:
la pieza que falta
la sensación más
cotidiana es la extrañeza
ante el lenguaje
que no cierra
la insuficiencia
se filtra por las grietas y te ilumina, no hay nada más, nada mejor
¿acaso no puedes
hacer algo con esto?
recoge los rayos
de sol sobre tu bol de arroz y come, sugiero, pero no dejas de hablar, preguntas cómo
puedes hacer, cómo acceder a una imagen semejante, cómo trepar la escarpada
pared de tus percepciones, si las cosas pueden terminarse de repente sin que
nada
haya sucedido:
-
lees: a menudo las personas que participan en
estos acontecimientos están dormidas o desarrollando algún tipo de vida anímica
subterránea o gestionando la transformación de sus tejidos hacia lo vegetal
pero es en realidad en estos momentos cuando están dando lo mejor de sí, ignorantes
y desprotegidos
entonces te
ejercitas en tomar notas desprovistas de propósito: aquí estoy sintiendo crecer
las fibras largas del alcohol la soledad los días que se esponjan y lo absorben
todo se llenan de alimentos secos siento deseos de hacer las cosas que hacen
las personas normales sabiendo que no cuando despierto recuerdo el eco de
músicas subterráneas y a lo largo del día sigo la evolución de las nubes me
informo sobre el volumen de agua caído en este mes observo cómo el hambre
empieza a ocupar todo el espacio
El lenguaje no cierra, ni contiene de forma adecuada todo lo que nos pasa por dentro y por fuera. Es imperfecto. Y con él hacemos lo que podemos, para filtrar y definir lo que no entendemos por nada del mundo.
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