martes, 22 de mayo de 2012

ciudad de la costa


Neil Krug




me trajo un autobús sucio y lento a la ciudad de la costa
brillaba
pálidamente engastada en un aire azul medio brumoso
la envolvía la oscura respiración del animal marino

durante días perdí el nombre

una habitación en la penumbra
apenas ventilada olía a furor extenuado me entristecía tanto
el sol repleto de súplicas
vertiendo cuchillas en el desierto de la arena
esa costa vacía que recorren incansables los pájaros blancos
de la muerte

sola como un faro en el centro de la habitación
una calentura de niebla me reseca la garganta
y tiemblo
de las paredes se desprende la humedad en pétalos enormes
se amontonan en charcos de agua fría sobre el suelo que cruje
al medio día me despierta el febril goteo del óxido
me encojo tengo sed casi no recuerdo nada pero siento el corazón
rebosante de cal

el mar lame la piel cobriza de las mujeres y los hombres
les marca las ingles las manos las rodillas con su lengua azul salada

he seguido el rastro noches enteras el penetrante
olor a orina en las esquinas y la luminosa cinta de la música
entre los cuerpos
todos tienen el mismo rostro
y los ojos borrados chillan eufóricos bailan
los inmortales aún tan jóvenes tan demacrados y radiantes
creo que voy a reventar de amor sólo alcanzo a ver
sus bocas dulces abrasadas por el fuego transparente
del alcohol



5 comentarios:

  1. Una escena delirante, querida Anouk, pero tan hermosa.

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  2. Besos de cloruro sódico envenenado, corriente demacración

    Un abrazo algo más dulce :)

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  3. Gracias por vuestra cercanía, abrazos a los dos :)

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  4. sigo queriendo ser editora y publicarte como te mereces.

    ainamatopeya

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  5. Lo ves?
    Aquí también.

    Y de momento gratis.

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