Yasuhiro Ishimoto |
Este texto móvil, hace del lenguaje un
lugar, que no es más que mar,
(donde el lenguaje no es,
donde las palabras cesan…
(Este texto,
sobre kilómetros de arena…
Este texto oye
a la literatura curarse de su enfermedad: el lenguaje (escrito de manera discontinua,
bajo una forma aforística, no representa más que un estado entre otros de este
texto)
(pues las
frases de este texto no representan ningún estado del lenguaje existente)
Este texto
tiene por finalidad el oscurecimiento de este texto (este texto no es un texto
sino una actividad (este texto consiste esencialmente en oscurecimientos (el
resultado de este texto no es este texto sino el hecho de que se oscurezca
(este texto tiene por finalidad volver oscuro y destruir rigurosamente este
texto (que de otro modo…) (este texto debe volver ilegible este texto; debe
abrir desde el interior del texto lo invisible de este texto (…)))))).
Este texto
desconocido
: para
comprenderlo bien
ver en este
texto
las palabras de
cada texto
semejantes a un
gran círculo
que encerraría
cada uno de los demás textos
como círculos
más pequeños: este texto es ese texto mismo
-ese texto en
este texto-
y su naturaleza
íntima nos es tan desconocida como
(Este texto, íntimamente mezclado con la
muerte (con las palabras de la muerte, con los sonidos emitidos por la muerte (como
por las vías respiratorias de un cerebro secreto))).
Este texto
destruido, gastado, se muestra al lector en su realidad, su blancura
bruscamente entregada, arruinada – sólo el tiempo entonces de leer este texto
destruido, sólo el tiempo de leer esta pérdida, mirar fijamente el resplandor
de su destrucción (destruido gastado en un mismo movimiento, este texto
destruido, liberado y dado: da a leer lo que lo destruye y destruye lo que da a
leer (este texto es entonces leer esta ruina…
(Este texto sin nadie (poblado de voces, de gritos, de ruidos (lengua rota, confusa (lengua
repentina (extendida – ¿dónde?))))).
***
Ce texte mobile, fait du langage un lieu, qui n’est plus que mer,
(où le langage n’est pas,
où les mots cessent…
(Ce texte, sur des kilomètres de sable…
Ce texte entend guérir la littérature de sa maladie : le langage… (écrit de façon discontinue, sous forme aphoristique, il ne représente qu’un état parmi d’autres de ce texte)
(les propositions de ce texte ne représentant aucun état du langage existant)
Ce texte a pour but l’obscurcissement de ce texte (ce texte n’est pas un texte mais une activité (ce texte consiste essentiellement en obscurcissements (le résultat de ce texte n’est pas ce texte mais le fait qu’il s’obscurcisse (ce texte a pour but de rendre obscur et de détruire rigoureusement ce texte (qui autrement…) (ce texte doit rendre illisible ce texte ; il doit ouvrir de l’intérieur du texte l’invisible de ce texte (…)))))).
Ce texte inconnu
: pour bien le comprendre
voir dans ce texte
les mots de chaque texte
pareils à un grand cercle
qui renfermerait chaque autre texte
comme un cercle plus petit : ce texte est ce texte lui-même
– ce texte dans ce texte –
et sa nature intime nous est aussi inconnue que
(Ce texte, intimement mêlé à la mort (aux mots de la mort, aux sons émis par la mort (comme par les voies respiratoires d’un cerveau secret))).
Ce texte détruit, consumé, apparaît au lecteur dans sa réalité, sa blancheur brusquement offerte, ruinée – juste le temps alors de lire ce texte détruit, juste le temps de lire cette perte, fixer l’éclair de sa destruction (détruit consumé d’un même mouvement, ce texte détruit, libéré et donné : donne à lire ce qui le détruit et détruit de qu’il donne à lire (ce texte est alors lire cette ruine…
(Ce texte sans personne (peuplé de voix, de cris, de bruits (langue brisée, confuse (langue soudaine (répandue – où ?))))).
Jean-Philippe Cazier, Ce Texte et autres textes, Al Dante, 2015, pp. 26 à 29 et 52
(traducción mía)
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