jueves, 16 de octubre de 2014

shigeko escribe un diario de racionamiento


Masadaku Masiyama


como si estuviera incrustada en algún hueco
sobre el que pivota la isla
observo a mi alrededor
todos se mueven con enorme rapidez
buscan buscan buscan me pregunto qué
yo sólo me preocupo de la pervivencia
de los que todavía puedo ver
no supe nunca apegarme a lo invisible

pero es cierto, algunas cosas han cambiado
los 4 de arroz o cebada por persona
ahora son sólo 3

hago una lista con las sustancias que nos mantienen
aquí lo que logré reunir esta mañana:
un pastel de tofu
una sardina
dos repollos chinos
cinco o seis zanahorias
raíces de bardana
un manojo de espinacas

no comprendo ese hongo inmenso que carcome las noches
ni el nuevo sabor del agua
no comprendo las palabras ayer hace una semana hace un mes

preparo una pasta espesa con restos de soja
servirá para la sopa salada de la noche
tengo las manos frías y la cabeza vacía vuelvo útil todo
lo que toco
comemos el desastre la pobreza la asimilamos dentro
de los huesos una planta creciendo en nuestro estómago
nos desgajamos despacio de la ciudad que conocimos
extraemos alimento del vacío

por eso tomo notas cada día
hago hervir las verduras borro mis palabras mi lengua
mastico unas judías resecas mientras cae la tarde
la enorme nube borró el mundo los ecos desaparecieron
no queda nadie
la isla flota a la deriva en el caldo radioactivo




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