domingo, 23 de septiembre de 2012

en torno al amor y al odio


Léa L'Azou




de la boca le salía un aroma a menta a algo frío no decía nada los dos estábamos callados había miradas irascibles y dulces de pájaro encerrado también accidentales presiones contactos insistentes respuestas cuando en plena conversación con más gente se encontraban los ojos ese momento era exasperado como un niño que arranca con dedos débiles pero seguros las transparentes membranosas alas de una libélula

un día me retuvo en el pasillo vacío de repente se echó sobre mí me arrinconó contra la pared y me presionó la boca con los dedos mientras me retenía sujetándome del brazo después no podía dejar de mirar sus dedos manchados de lápiz de labios cómo al rato se los llevo a la boca se los mordió yo lo miraba pero las rodillas casi no me sostenían

todo eran movimientos bruscos impredecibles cuando nos arañaba la lija del deseo otro día nos marchamos con una botella de vino cerca del río el agua estaba tan sucia y el cielo espeso de nubes lanosas nos quedó un cerco oscuro en los labios y se nos ahondaron las pupilas era la alegría feroz de los lobos era el juego de la caza yo llevaba un vestido negro estaba siempre abierta por debajo nos perseguíamos haciendo círculos en torno al amor y al odio

cuando regresaba las hermanas me esperaban desquiciadas se abalanzaban sobre mí y me arañaban las mejillas por la noche me hacían bailar alrededor de la hoguera para purificarme del extraño nos sumergíamos juntas en el enorme río de cenizas y después bebíamos la leve sangre de los peces en un cuenco de arcilla recuerdo las escamas plateadas cuando aún temblaban
éstas eran las horas animales las dislocadas danzas y el llanto agotador hasta perder el sentido
a la mañana siguiente tenía la cara borrada y no recordaba mi lengua estaba sola de la garganta sólo me brotaba un gorgoteo subterráneo

cuando vino el extraño con su piel de humo me miró sin decir nada pero el desprecio pintado en el rostro había amanecido y de su cuerpo emanaba una dureza solar después comenzó a hablar en un idioma oscuro y gutural no pude entender ni una palabra de lo que dijo pero las aristas de su voz me rasparon la frente


extraños animales peregrinaban delante de mis ojos
hacia el valle de la sed


2 comentarios:

  1. ¡Estás leyendo Écrire de Duras! Es increíble, incluso le dediqué una entrada allá por febrero/marzo.

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