martes, 21 de agosto de 2012

una melodía de sal

Emilie Halpern




pero ella estaba allí en el tejado
donde se estaba pegando toda la luz del
sol la inmensa fruta blanca 
deshaciéndose
fundiéndose en transparencia y lágrimas
estaba tan pequeña sus mejillas
como dos membrillos quemados
temiendo



el rayo blanco le iba vaciando las pupilas
y apenas podía ver nada pero tampoco
escabullirse
aquél era un lugar reseco humeante
crujían frágiles esqueletos de
pájaros desmenuzándose
sólo sobrevivían las rapaces
allá en lo alto los torvos verdugos
dando vueltas en torno al agujero luminoso
y abajo ella que apenas hacía sombra
entre las piedras del miedo
ella que apenas podía levantar la voz
para cantar y se le llenaba la música de
grietas los párpados tan finos



a lo lejos
una melodía de sal le abría el corazón



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