lunes, 28 de febrero de 2011

Del descuido



Ixión duerme en un lugar desierto, intocable en el útero del sueño.
No la ve brotar de sus sedas rojas, de su tulipán de noche, y caminar por la casa como una novia impura. Hipodamía desvelada junto a la lamparilla bebe un vaso de leche, muy fría, como la espera, como el abandono, como el cuerpo que no la busca. Otros ojos, detrás de la ventana, se extienden hasta los delgados hombros que el camisón descubre.

En qué momento ella va a apagar la luz y entra la fuerza, se rompe la frágil estructura triangular, un sordo forcejeo enturbia el aire. El hombre-centauro tensa el arco del cuerpo al cargarlo sobre su enorme espalda, ese paraje de aceituna azulada surcado por el esfuerzo del hambre, vagamente encendido por la media luna de colgante melena. Las manos duras y largas del extraño le ciñen las costillas, persiguen la estrecha nieve del vientre, y él dice su nombre, quedamente, Hipodamía, fuego fatuo, Hipodamía, de repente estremecida en el alquímico tránsito del espanto a la aguja del deseo. El hombre-centauro aprieta sus tobillos y muñecas, en los labios de Hipodamía se abre un grito oscilando entre el terror y el placer. La impaciencia del extraño al correr con ella en vilo le desgaja el camisón del cuerpo y la seda rojísima se arquea como un pétalo en el aire oscuro.

De nuevo el silencio se suspende y los pasillos rezuman un zumbido vacío. Apenas una nube fugaz roza la frente confiada de Ixión.


[Imagen: El rapto de Deyanira, Guido Reni]

jueves, 24 de febrero de 2011

Esto es todo

Canción de una amada

1. Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.

2. Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.

3. Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.

4. Ella vio que yo era malo, y me amó.

5. No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.

6. Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.

7. Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.


Bertolt Brecht

lunes, 21 de febrero de 2011

Corona - Paul Celan

En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.

Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.

Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.

Es tiempo.

De "La arena de las urnas" 1948
Versión de José Ángel Valente

martes, 15 de febrero de 2011

Ceremonia


Yo ardía en la pira,
oyendo los últimos gritos de las raíces
retorciéndose,
de las diminutas raíces de manzanilla,
ardiendo.

y sólo deseaba tener
tu pálida columna vertebral
suspendida sobre mí,

como un anhelo furioso.


*La imagen procede de la película El espejo, de A. Tarkovski

sábado, 12 de febrero de 2011

Un jardin à l'abandon


Tu marches à pas feutrés songeant aux saisons ressemblantes.
ici un jardin à l’abandon une maison fermée
des pensées errantes comme des chats. ailleurs dans l’œil
de l’hirondelle la mort va et vient. tend ses fils
invisibles. veille. attend.




tu ne parles plus. tu renonces. imaginant des portes
qui ne s’ouvrent pas. des géographies
déconcertantes comme l’écriture du cœur

avec des îles simples dont les lois sont oubliées
comme des jarres enfouies dans le sable. et sur les rives
des rames rompues des voiles déchirées des dieux tristes.

tu te souviens : des rondes, des prismes. des scintillements.
du temps irrémisible. des miroirs pénétrables.
puis cette grande réserve de séduction des prairies
au printemps. coquillages. sombres menstrues. voyelles tendres.
le ciel proche avec l’eau voleuse et les propos du rossignol.

tu sais à peine ceci :
que l’œil affermit la voix.
et les chevaux du sommeil s’agitent
inspirent l’ovation des étoiles.
mais déjà sur le lac obscur l’impatient batelier nous apelle
et le silence rôde sur la terre exténuée.


Lionel Ray, Le corps obscur

sábado, 5 de febrero de 2011

Lady of Silence

Lady of Silence
from the winsome cage of
thy body
rose
through the sensible
night
a
quick bird

(tenderly upon
the dark’s prodigious face
thy
voice
scattering perfume-gifted
wings
suddenly escorts
with feet
sun-sheer

the smarting beauty of dawn)


e.e. cummings