Yo ardía en la pira,
oyendo los últimos gritos de las raíces
retorciéndose,
de las diminutas raíces de manzanilla,
ardiendo.
y sólo deseaba tener
tu pálida columna vertebral
suspendida sobre mí,
como un anhelo furioso.
*La imagen procede de la película El espejo, de A. Tarkovski
me impresionaste
ResponderEliminarmucho
suscribo el comentario de ahí arriba
ResponderEliminar"como un anhelo furioso"
ayyyyy
Pues, qué bueno! :D gracias...
ResponderEliminarBesos
Tu columna-v-e-r-t-i-c-a-l falo o farola.
ResponderEliminarRealmente..... :)
ResponderEliminarme gusta este nuevo diseño.
ResponderEliminarantes me dolían mis ojillos verdes con lo oscuro de la plantilla.
ahora disfrutaré mejor de tus poemas :)
Gracias, Rocío, yo no estaba muy segura... a veces me parecía demasiado oscuro el otro, pero también me gustaba... Al final he optado por éste porque me parecía más diáfano :)
ResponderEliminarUn beso!
Me gusta tu blog, y este poema en concreto, más.
ResponderEliminarUn saludo, procedo a seguirte desde ya!
Un placer... ;)
ResponderEliminarGuau! Que inquietante....
ResponderEliminarUn saludo coleguita