sábado, 26 de noviembre de 2011

Ada

El jardín de las delicias, Hyeronimus Bosch (fragmento)






entre esos billones de parejas brillantes (…) se encuentra una pareja única, una pareja superimperial, sverimperatorskaya cheta, destinada a convertirse en objeto de investigaciones, a ser glorificada en cuadros y sinfonías, a los tormentos, a la tortura, incluso a la muerte (por poco que el decenio considerado arrastre tras de sí una cola de escorpión), a consecuencia de lo cual el modo particular de hacer el amor de la mencionada pareja ejercerá una influencia única y peculiar sobre dos largas existencias (...)


***


(...) al hacer el amor con Ada, Van descubría la angustia, el agon, la agonía de la realidad suprema. Digamos más bien que la realidad se despojaba entonces de las comillas que llevaba como garras, en un mundo en que las inteligencias independientes y originales deben adherirse a las cosas o desgarrarlas si quieren escapar a la locura o a la muerte (que es la principal locura). En un espasmo o dos estaban fuera de peligro. La nueva y desnuda realidad ya no tenía necesidad de ancla ni tentáculo. Sólo duraba un instante, pero podía renovarse durante todo el tiempo que él y ella fuesen capaces de hacer el amor.




Ada o el ardor, Vladimir Nabokov



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