Encuentro en el ascensor
Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
comprendí que nunca más la vería,
que era un encuentro de una vez para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
sólo hubiera podido hacerlo desde el otro mundo.
Vladímir Holan
(versión de Clara Janés)
no seé por qué solo puedo escribirte en esta entrada. Sea como sea, tenía que decirte algo. Acabo de leerme tu blog enterito y he disfrutado como hacía mucho tiempo no me pasaba. No sé qué me ha dado hoy por tirarlo todo por la ventana y ser(te) tan sincera. De verdad, un placer muy muy grande.
ResponderEliminarainamatopeya.
Pues, será porque estaba vacío aún el ascensor, no era de nadie... yo acabo de ver tu comentario y no sabes la alegría que me das, porque a mí me encanta cómo escribes y por eso me gusta aún más que hayas disfrutado leyéndome... para mí es también un enorme placer seguir tu blog!
ResponderEliminarUn abrazo grande y gracias por tu sinceridad :D