Alguien la empuja hacia el umbral
al lugar devastado
allí donde los otros
exprimen las raíces del fuego
y se tuercen las manos
por conjurar al tránsito.
Es ella la señal:
la Estela de Polen
la Aurora Envejecida
el Doloroso Nardo
la muda ofrenda a un dios desconocido.
Envuelta en un jadeo de tambores
y voces, esperando,
el silencioso aullido de tus ojos
le abrasa los labios como nieve.
[Imagen de Margaret Durow]
¿Es tuyo el poema, Anouk?
ResponderEliminarPorque es precioso.
"el silencioso aullido de tus ojos"
qué bonito. qué hay que grite más sino el silencio?
besos.
Pues, sí que es mío el poema, qué bien que te guste, me alegro mucho ^^ y... como tú dices, nada más feroz que el silencio.
ResponderEliminarbesos
En verdad, es un temblor. Los tambores marcan ritmo y la palabra se conmueve. Encantador.
ResponderEliminar¿Puede haber ofrenda sin temblor?
ResponderEliminarTodo un gusto recibirte por aquí ;)
Besos
Precioso e interesante rincón, Anouk. Sin duda volveré :)
ResponderEliminarGracias :D
ResponderEliminarsilencio y fuego.
ResponderEliminarbesos y abrazos,
jorge
Gracias por no leer a Luna Miguel.
ResponderEliminarY por tu comentario.
Y si estas buena, pues por eso tambien.
Gracias, gracias, gracias.
Te invito a cenar.
Pero pagamos a pachas, que voy muy justo ultimamente.
Bueno o pagas tu y ya te lo devuelvo, cuando pueda.
Ya me dices cuando y donde.
Un beset
La espera siempre rodeada por el fuego y el silencio, resonando dentro, J. Otro beso para ti!
ResponderEliminarGracias a ti por visitarme Jonás. Dejamos lo de la cena para cuando andemos más holgados, no hace falta que invites a LM si no quieres xD
ResponderEliminarUn beso :)
Me gusta todo el poema pero especialmente los dos últimos versos que lo cierran de maravilla.
ResponderEliminarBesos.
Pues muy agradecida por tu visita y tu comentario :)
ResponderEliminarBesos!