Emmet Gowin |
quise llamar pero mi
voz no sonaba
aquí entre los
pulmones algo
se rompió
crujió apenas se quedó
colgando dentro
el hielo se fundía el
suelo estaba llenándose de
charcos
tuve miedo pensé es
demasiado tarde se habrán borrado las palabras
escritas en el vidrio
el último mensaje
supongo que caí
ya no más bolsas de
oxígeno del aire cortante
la pluma dentro se
habría desprendido
cuando el muchacho se
abalanzó sobre la niña albina
todavía aquel gusto a
azúcar en los labios
blancos
Eres tan Su.
ResponderEliminarIntensas palabras, intenso sentir en tus palabras.
ResponderEliminarbesos.
Es tremendo, Su, es tremendo.
ResponderEliminarLos albinos nos tienen miedo.
ResponderEliminarEs comprensible.
Los raros somos nosotros.
Lo de XiaoXiao es para nota.
Mi querida Anouk A., se me ha vuelto usted china. Lo siento, pero en mi memoria y en mi corazón seguirá siendo siempre A.A. La sigo con constancia. Cada vez me gusta más cómo escribe y cada vez me inquieta más su inclinación hacia las sombras. Es usted demasiado luminosa para concentrarse en la tiniebla. BC.W.
ResponderEliminarMi querido BC. W, ¡qué alegría volver a leer alguna palabra suya! No se preocupe, las sombras de la escritura no siempre me oscurecen los ojos. Pero una nueva aventura literaria suya los encendería aún más, sin duda. Si no, envíe al menos alguna misiva anónima de vez en cuando, me hizo ilusión saberle ocupante discreto de mi habitación blanca ;)
EliminarEs tan angustioso, Su... Tan real y asfixiante. En mi opinión completamente logrado. Con una única lectura me descompongo. Soy quizá muy susceptible, o no. Si es eso lo deseado, increíble ;)
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