Franck Juery |
Susurra: Sálvame, Señor, el agua está
invadiendo mi vida.
T. TRASNTRÖMER
pasan las horas frente
a la pantalla lentamente
me voy petrificando
me voy petrificando
en la noche los huesos montándose unos
sobre
otros
los movimientos cada vez más tensos:
dedos entumecidos espinas de frío bajo los párpados los
labios áridos y el cuello ahora rígido
horas y horas
la noche se espesa como un agua negra
gotea desde la membrana del silencio
el ala que envuelve en secreto a los durmientes
mientras escribo
sola fundida en la piedra de las horas más hondas
se endurecen las esquinas olvido
los nervios el dolor la estrujada flor de carne
los nervios el dolor la estrujada flor de carne
todo muere en la parálisis del cuerpo
el silencio de la madrugada es yerto y poroso como una
caliza oscura
pero debajo
muchos
metros
donde nadie oye
hay
una corriente animada por una respiración entrecortada
se filtra por mis vértebras me enfría las entrañas
hasta que un aleteo resquebraja la crisálida sombría
despunta la aguja del pasado y punza
una luz roja los opacos cristales de un coche
reaparecen
quién está ahí dentro
un halo de sangre empañada
se vierte en mis pupilas
Podría haber estado una diabla.
ResponderEliminarPero la neblina oculto los rostros.
bs.
A veces me das miedo, querida. Y es tan placentero.
ResponderEliminarEs de madrugada
ResponderEliminarcuando nacen estos poemas.
Es verdad, yo casi siempre escribo de madrugada, no sé por qué.
ResponderEliminarPero este último mes a veces escribía muy temprano, por la mañana, en el tren, yendo al trabajo. Eso nunca me había pasado.
Gracias por la compañía a los tres :)
Que final...
ResponderEliminarEstaba yo también medio petrificado y de repente he respirado.
Buenísimo.