viernes, 29 de junio de 2012

lirio de sangre


Blood Lily


journal 21/06/12


Hoy comienza el verano, un lirio de sangre se enraíza con increíble delicadeza en mis arterias,  me golpea con su débil llanto dentro del pecho.

El calor inyecta su aguja reluciente en la piel y extrae los colores de los cuerpos, los deja pálidos, aletargados, pero luego derrama esmaltes histéricos por los rincones. Colores a un volumen ensordecedor, con una longitud de onda tan alta que ni siquiera podemos percibirla. Pero bailamos ciegos delirantes dentro de sus vibraciones. Así en el verano, todo mi cuerpo se acaba transparentando salvo ese núcleo de sangre estrellada, una constelación de filamentos agotados.

Me cambiaron el corazón por un lirio de sangre, una pequeña esfera hecha de nervios erizados y tubitos escarlata como espinas alargándose cada vez más. Sólo florece una vez al año, pero entonces escuece como una mordedura infectada. Tanto esfuerzo para levantar la voz desde la silenciosa caja que guardo dentro. En vez de agua triste y salada, los hilos se han vuelto duros, se petrifican dentro de mí formando una minuciosa maraña de temblores.

Soñé tantas noches con un lirio de agua, con su corola blanca y húmeda de absorber la transparencia, deseé su levedad con tanta fuerza que sólo me fue dada esta palpitación rígida, un laberinto de savia roja extenuada en el valle del calor.

3 comentarios:

  1. Y no sólo son deliciosas las etiquetas, claro. Lo es todo. Absolutamente.

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  2. Tengo un lirio entre mis pestañas. Lo arrancaré y lo haré rojo. Y caeré.

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  3. Todo florecimiento quema mucho por dentro.

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