jueves, 5 de enero de 2012

Cefalea

Blue and grey, Mark Rothko



Jadeante con la voz
quebrada
tras el estallido de las cuerdas vocales
y el rojo agudo tapizando la garganta
toda la intensidad sin forma el inconmensurable
peso
de una estrella muerta
la azul condensación del
fuego esa durísima aguja
en mi frente
presionando

hasta convertir el grito en
aterida blancura
pasta de silencio
sueño



9 comentarios:

  1. Hay gritos atroces y otros blanco de dudas.

    Bs.

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  2. Me ha parecido buenísimo. Tan justo y elegante, tan redondo, que no puedo decir nada más. No lo digo por decir!

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  3. Estupendo, y con versos limpios. Refleja muy bien lo que describe.
    Saludos.

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  4. Gracias por leer y comentar, vuestras palabras me animan muchísimo :D
    besos a todos!

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  5. Hoy tu poema y yo vamos de la mano.

    Besos.

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  6. Hola!
    Gracias por seguirme...tu Blog tiene muy buena pinta: lo seguiré de cerca!
    MrBlu
    P.d. me llamo Azul porque mis padres (en especial mi madre) Amaba el libro de R.D.

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  7. Amiga Anouk A., le hubiera escrito con más asiduidad para celebrar la delicadeza insólita de su sentimiento y sus aciertos expresivos, pero siempre me detiene el temor de que, acto seguido, mi comentario sea apostillado por otro severo comentarista anónimo, de edad tan provecta como la mía, que le recuerde que los hombres miran con ojos favorables las letras de las muchachas. Lo cual sin duda es cierto, tanto como que Elvis sigue vivo, la única fe que profeso.
    Si me examino sin condescendencia, puedo decir de mí que miro con unos ojos las letras que trazan las doncellas y con otros distintos los poemas que tal vez compongan los estibadores portuarios. Éstos los leo con los ojos bastante cerrados: me deslumbran los reflejos del sol en las gotas de sudor que perlan los brazos fornidos y las axilas cóncavas, madrigueras donde se resguarda la más sombría virilidad.
    En fin, no desoiga los consejos que la experiencia le brinda: los lobos nos comemos crudas a las niñas que escriben, empezando por sus piernas, quiero decir por sus letras. Auuu, auuu, auuuuuuuuuuu, aj, aj, aj (ataque de asma).
    En cuanto a mi seudónimo digital, cada día es diferente, ya que no mantengo una continuidad de intención y veo que mi voz se disipa una vez alzada. Usted ya tiene noticia de alguno de mis seudónimos. Quizá el más apropiado en las circunstancias presentes sea “Cefalópodo”, bien porque mi tentación primera es la huida, bien porque prefiero nublarme a descubrirme, bien porque sospecho que en los momentos decisivos pienso con los pies.

    Rendido a los suyos, señora. Siempre.

    P.S.: El buen Elvis estaba convencido de que mujer y dolor de cabeza son dos fuerzas contrarias e incompatibles, y aunque me siento capaz de poner en duda toda sabiduría que el hombre atesore, jamás pronunciarán mis labios palabra que desmienta a Elvis.

    http://www.youtube.com/watch?v=tRipt8GJ9GQ

    I got a woman,
    A head like a rock.
    If she ever went away
    I’d cry around the clock.
    Oh yeah, ever since the world began
    A hard headed woman been
    A thorn in the side of man.

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  8. Amigo Anónimo de los Mil Nombres: recién hoy leo su comentario, apenada de no haber reparado en tanta gentileza un poco antes. Le aconsejaría prestar tan atención caso como yo a los anónimos que se precian de dar lecciones y consejos paternalistas detrás de una máscara, y más cuando sus comentarios son aquí bien recibidos. He de decirle también que echo mucho de menos la lectura de sus textos, desde que sólo nos queda Elvis. ¡No sabe cuánto me hizo disfrutar su cancionero personal!
    Espero podar gozar pronto del privilegio de leerle en alguna otra nueva aventura literaria, o si no al menos por esta habitación virtual mía, a la que siempre está invitado :)

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