El árbol rojo, Rocío Pinín |
“No leer, no sufrir, no escribir,
no pagar cuentas”
GIL DE BIEDMA
Quietud de luz igual
cada día cada labio cada paso
me olvido del lenguaje
estanque donde peces muertos
levitan
unto de nieve los espacios
vacíos
que se me duerma la lengua
entre cristales
que mis abrasadas pupilas
devoren
todo
no decir ocultar
eso que supe:
que andabas por las calles
como un
antílope empapado
como una epifanía
intraducible
buscando
pero en alguna esquina
alguien cose tu voz a mi
garganta
raspan fuerte tus palabras
inaudibles
ocultadlas
que no salgan
escribir es
este inútil forcejeo conmigo
basta
es no decir esconder las
palabras
bajo otras cosas contenerlas
desviarlas
no dejarlas nunca tocar el
centro
donde yo tan despojada
***
la habitación apenas tenue
entre los grises
interrogantes
duermo sola atravesada
en un nudo de vientos y
tus ojos lejos vedados
agrietan siempre el hielo
duro
del tibio animal que duerme
entre rasguños
incuba en mi cuerpo tu
silencio
justo entonces
-el vientre rebosando flores
de miseria-
brota
en el centro de mi ombligo
el tallo de un árbol rojo
La cosecha de Dios.
ResponderEliminarTu comentario me mata, pero tienes razón.
ResponderEliminarTu poema me ha impactado, señorita Anouk. No tengo ni idea de lo que querías transmitir porque yo soy muy burra... Pero en la primera parte y en buena parte de la segunda yo he sentido la opresión y la angustia del que calla y no se expresa. La segunda parte me ha parecido genial, sobre todo el fogonazo final del elemento rojo que a mi me ha resultado como algo si no catártico dramático, o al menos revelador. Por cierto, la foto del árbol es muy bonita y le va muy bien. Bz!
ResponderEliminarTodo lo que brote o nazca morirá.
ResponderEliminarEntonces para qué?
Lu, gracias por tus aportaciones....tenía ganas de enseñaros el poema, a ver si puede ser el finde :)
ResponderEliminarToro, ánimo, que te veo muy nihilista con ese comentario! ;)
Besos!
una maravilla,
ResponderEliminarsimplemente.
abrazo(s)