miércoles, 28 de diciembre de 2011

Picaflor







Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se
alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca en la 
noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí.
Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande,
con rizos, vestido celeste.
Un picaflor le trabaja el sexo.
Ella brama y llora.
Y el pájaro no se detiene.



Marosa di Giorgio


[Imagen de: Genín]

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ya no recuerdo

Edvard Munch








donde pájaros cantan 

si hay sollozos en el mar 
lleno de ángeles de la profundidad 
que tiemblan el pavor sagrado 
de ser tirado al aire 

Nunca sé 
si los deseos pavorosamente devorantes 
esos peces-espada 
calando 
las pieles suaves de los milagros del alma 
se acaban en la almendra llameante de la tierra 
y si el universo afligido 
en una vuelta de la noche 
no apagó de un soplo mi negra luz 
porque durmiendo perdí de nuevo 
una palabra de amor 



Nelly Sachs

(Versión de Klaus Dieter Vervuert y Rodolfo Alonso)

jueves, 8 de diciembre de 2011

Insomnio




By the roots of my hair some god got hold of me.
I sizzled in his blue volts like a desert prophet.
S. PLATH

En la noche la inmensa
tierra
sin fronteras el cuerpo me amordaza me
hostiga sin descanso aquí
en la sed de los huesos
yazgo
embestida por jaurías de amargura

es tan pequeña la jaula
de luna
mis espinosos nervios sacuden
las paredes y algo cruje mi pelo
de hojas crepitando secas
la almohada se hace piedra y yo
bebiendo agua cada
cinco minutos
mientras mi columna vertebral crece
y crece
y se prolonga en un dolor azul
es siempre así la soga
que no termino de cortar el tiempo
el tiempo
esa palabra serpiente
su rugoso deslizarse
su caída como taladro que socava
el pozo de las horas
ah suspendida
ahorcada de cabello electrizado
mis pies se balancean en lo oscuro
delicadamente
bailan como la nieve
que mañana estará sucia

la noche campo de lavandas negras
de exasperados tallos
que no abarcan mis manos
colgando del lugar sin ojos
y sin tiempo
respiro una y otra vez a fin de cuentas
estoy viva
cuando el aire destiña quedará
sólo mi garganta abierta
la cruz de mi cuerpo entregado por los hombres
el montoncito de entrañas y cenizas
humeando todavía


jueves, 1 de diciembre de 2011

Alguien que murió antes que ella


Joana Nowakowska



...

-¿Qué es lo que dice, Juan Preciado?

-Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan. Dice que él le mordía los pies diciéndole que eran como pan dorado en el horno. Que dormía acurrucada, metiéndose dentro de él, perdida en la nada al sentir que se quebraba su carne, que se abría como un surco abierto por un clavo ardoroso, luego tibio, luego dulce, dando golpes duros contra su carne blanda; sumiéndose, sumiéndose más, hasta el gemido. Pero que le había dolido más su muerte. Eso dice.
-¿A quién se refiere?
-A alguien que murió antes que ella, seguramente.
-¿Pero quién pudo ser?
-No sé. Dice que en la noche en la cual él tardó en venir sintió que había regresado ya muy noche, quizá de madrugada. Lo notó apenas, porque sus pies, que habían estado solos y fríos, parecieron envolverse en algo; que alguien los envolvía en algo y les da calor. Cuando despertó los encontró liados en un periódico que ella había estado leyendo mientras lo esperaba y que había dejado caer al suelo cuando ya no pudo soportar el sueño. Y que allí estaban sus pies envueltos en periódico cuando vinieron a decirle que él había muerto.
-Se ha de haber roto el cajón donde la enterraron, porque oye como un crujir de tablas.
-Sí, yo también lo oigo.

Juan Rulfo, Pedro Páramo.