miércoles, 27 de febrero de 2013

imagen erosionada


Dino Valls



aparece una imagen
que recuerda a un icono bizantino, los colores están
desteñidos y raspados
la erosión ha borrado a medias los ojos que
miraban fijo ha partido los labios la delgada boca cerrada ha
desencajado las facciones
se ve que es el rostro de una mujer todavía se aprecia
el ribete rojo destacando al borde del velo
azul cobalto enmarcando la cara y la garganta oscurecida
esa piel tan tenue

no está el cuerpo

su cuerpo se desvaneció sobre una duna de polvo
abrasado siempre envuelto en telas de colores tersos vivos el cuerpo
desapareció se descompuso casi al instante
como un fruto quemado por el
sol

el rostro no
la palidez de la piedra se desmorona despacio aguanta las grietas
componen el intrincado mapa del tiempo resaltan algunas conexiones
no evidentes pero hermosas agotadas

un soplo se desliza suavemente por todas las vidas de la vejez



lunes, 18 de febrero de 2013

ritmos


Jasmin Meyer




Pero por un instante –sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo sino que lo sobrepasa con una desmesura increíblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes.

Alejandra Pizarnik, La condesa sangrienta



lunes, 11 de febrero de 2013

ah las pasiones del cuerpo



Elliot Lee Hazel


ah las pasiones del cuerpo:

1) presenciar el eterno combate entre la fuerza y la debilidad entre las
ganas y sí la aspereza de los huesos quemándose la boca odiosa
todo el día
tiemblan las manos apenas pueden sostener las cosas
sangra la delicada flor de las encías cuando intentas
masticar la parálisis y la rabia todas las veces que te
quejarás diciendo nunca
tu ridículo pequeño circo de ansiedad

no quiero ver nada más quiero que venga alguien quiero un pájaro
no
no hay nadie
¿hola?

contempla tu cuerpo ahora la
degradación el dolor de cada movimiento la saliva amarga
a veces abres las ventanas para renovar el aire y que la nieve te corte
las mejillas a veces cantas a gritos hablas con las paredes desnudas y escuchas
al viejo de arriba ir y venir todo el día
como tú
de un cuarto a otro
los ojos desmesurados



2) las horas no se parecen en nada a un hilo espeso estirándose
pero es verdad que el aire se vuelve acuoso que los ojos duelen no quieren
abrirse

estas tazas me están destrozando la vida, sí
cuántos líquidos calientes hoy vanos intentos de algo que se parezca al contacto
entonces intento dormir
pero viene el herrero incandescente y deposita sobre mis ojos
sus monedas recién sacadas del horno
viene el cuervo inmundo y me picotea la garganta

creí que había una zona blanca intacta en medio de la nieve
pero abrí los ojos y me encontré temblando
en la calle de las carnicerías